El arte postal; una entrevista con Clemente Padín


publicado en SUBLEVARTE



El final del siglo XX trae consigo una insertidumbre general se ha trastornado el concepto social de comunicación, tiempoespacio, mercado, arte, etc. La globalidad es para muchos la realización de los sueños de la modernidad, en cambio para otros, es sólo más miseria, incluso la muerte. El arte postal no ha sido ajeno a todo esto, los últimos años el mercado del arte lo ha absorbido, no falta quien insista en practicas cada vez más selectivas entre grupos de artistas reconocidos. Sin embargo la practica democrática y sin animo de lucro se mantiene y continua creciendo, sobre todo en las regiones geopolíticas que se niegan a desaparecer ante el mercado global.
Con una huelga de arte entre los milenos y cada vez más brotes descontento social por las medidas económicas impuestas por las grandes transnacionales, preguntamos a Clemente Padin a cerca de la orientación que ha de seguir el arte postal en los próximos años.

s u r- De todas las vanguardias del siglo XX el arte postal tal vez sea el único movimiento que logró su objetivo al establecer, durante un periodo considerable de tiempo, una relación más sincera entre el artista, el objeto artístico y el contemplador. Sabemos que lo generado por el arte postal no ha sido suficiente y que incluso su institucionalización en estos momentos parece inevitable; también sabemos que la red de arte postal es heterogénea y que evolucionará según la región geográfica y política en la que se mueva ¿Qué rumbo, si se puede vaticinar, tomará el arte postal en su región geográfica y política?

Clemente Padín- Es cierto, no existe una red, sino redes más o menos interconectadas de acuerdo a la proximidad geográfica, la historia, el habla o los intereses comunes. También es cierto que, en donde estén más arraigados los hábitos consumistas o la incidencia del mercado, prevalezca por sobre toda otra consideración; será en donde más pronto se consolide el mercado del arte correo. Por otra parte, en nuestros países latinoamericanos o del Cono Sur -o como quiera llamárseles-, las tradiciones sociales de solidaridad ante el sufrimiento y la sensibilidad por la suerte del vecino siempre han teñido nuestros actos y definido nuestras conductas. Sería ocioso comentar la índole de nuestras exposiciones y movilizaciones con relación a la vigencia de los derechos humanos en América Latina. Durante el lapso de las dictaduras el Arte Postal se volcó totalmente a la denuncia y explicitación de la situación internacional mediante la difusión masiva de sellos de correos -que los artistas postales del resto del mundo en actitud solidaria pegaban en sus sobres y postales- y otros artilugios propios de este medio como pueden ser sellos de goma, cadenas de intercambios, propuestas, etc., por lo cual algunos de sus representantes hubieron que pagar un duro precio en aras de la redemocratización del país junto a bastísimos sectores de la población que debieron sufrir la clandestinidad y la sangrienta represión de los militares con su secuela de muertos, desaparecidos, torturados, encarcelados, etc. Así asistimos a la clausura de la "Exposicao Internacional de Arte Postal" organizada por Paulo Brucksy y Daniel Santiago en Recife, 1976, por los militares brasileños; al durisímo destierro del artista postal Guillermo Deisler a partir del golpe de Pinochet y las transnacionales norteamericanas contra Allende; a la desaparición de Palomo Vigo, hijo del artista postal argentino Edgardo Antonio Vigo; a la tortura y encarcelamiento por largos años de los artistas postales uruguayos Jorge Carballo y Clemente Padín; a la persecusión, encarcelamiento y destierro del artista postal salvadoreño Jesús Romeo Galdámez, hoy día en México; al relegamiento y suspensión de derechos civiles de Andrés Díaz Espinoza, a más de 3.000 kms. de su hogar; y a la opresión y arbitrariedad que los artistas hubieron de vivir junto a sus pueblos.

s u r- El arte postal se distingue especialmente por la alteridad de sus circuitos comunicacionale; la presencia del otro y su alteración siempre está presente en el momento de la creación que, además, no cierra el circuito con la contemplación de la obra -abierta, no sólo en el sentido semiótico sino sobre todo en el sentido fenomenológico-, pues, por el contrario, comienza así un circuito de comunicación aun más sensible que el de la contemplación estética tradicional ya que crea una relación horizontal, de "igual-a-igual", entre el creador y el receptor ¿Cómo influye este modelo de comunicación entre personas que viven en regiones diametralmente opuestas, como el caso concreto de Latinoamérica y demás países "no alineados" con Europa?

CP- El más importante rasgo del Arte Correo es privilegiar la comunicación, es decir, el establecer el diálogo sin tener muy en cuenta la información, sea estética, referencial o lo que sea. La función que predomina en los mensajes difundidos a través del Arte Correo es la fáctica, es decir, la relación con "el/la otro/a" que favorecería la aplicación de las restantes funciones del lenguaje (referencial, poética, etc., según la nomenclatura de Jakobson). Por ello el arte correo es considerado una suerte de sub-arte (o una nada indefinible) por la crítica vernácula, en razón de que las preocupaciones estéticas no suelen ser las determinantes desde la óptica del medio o del soporte. Por ello no aceptamos que exista un jurado de selección de obras en los proyectos de arte correo. Desde el punto de vista del arte, no cabe duda que las obras deben ser "artísticas". Si la funcionalidad que deseáramos para nuestras obras fuera exclusivamente artística no las enviaríamos por correo postal o electrónico (al menos contrataríamos un seguro adecuado).

En mi concepto aún padecemos la confusión o falsa dicotomía "arte/comunicación". El producto artístico es, ante todo, un producto de comunicación y, por lo tanto, parte indisoluble de la producción social. Por otra parte, al igual que el resto de los productos que el hombre crea, se constituyen en auxiliar de esa misma producción (al favorecer o dificultar sus procesos). En algunos contextos prevalecerá su índole "artística" (museos, galerías, cátedras, etc.), en otros su índole de instrumento de comunicación. Pero, ambas facetas son inseparables. Por lo mismo, en tanto producto, como a cualquier mercancía, se le pone un precio (que casi nunca condice con su valor), por lo cual no es impensable que, en algún futuro, las obras de arte correo puedan ser comercializadas; pero, en tanto auxiliar de esa producción, en tanto comunicación, ¿quién puede ponerle precio? ¿Quién le pondría un precio a un "Hola, estoy aquí!"? Por ese motivo la despreocupación por la "estética" en las obras de arte postal (aunque no en todos los casos), y sí la angustia por asegurar la recepción del mensaje (porque lo importante es la comunicación).

La falta de artisticidad es el argumento para descalificar al Arte Correo. El tema es imponer lo que es "bueno" y lo que es "malo" en arte. "¿Quién cuidará a los guardianes"? -pregunta el refrán romano. Precisamente aquél que puede valorar y determinar el valor estético de la obra, es decir, el crítico, el evaluador, el que sabe, el que pone el precio a las cosas, el mercader, el elegido de los dioses...

También la regresión actual la emprende contra el carácter multitudinario del Arte Correo y del network. ¿Cuál es la solución para que el arte correo tenga "valores artísticos"? Pues formar grupos exclusivos o redes particulares, ruedas de amigos o equipos nacionales contrariando el carácter internacionalista del Arte Correo, para el cual no hay fronteras, ni límites de propiedad ni capillas. Esto se completa con las exposiciones bajo invitaciones personales que se proponen para asegurar el "mínimo de nivel artístico" en las muestras. Es decir, no hacer llamados multitudinarios a la red de artistas correo sino convocar a un selecto número escogido por el buen gusto del organizador. Convengamos en que estos agrupamientos existen realmente determinados por la afinidad espiritual, política, estética o lo que fuere pero, en todos los casos, se establecen naturalmente, sin la mano correctora de superdotados o semidioses.

s u r- Los llamados de "Acción Urgente" han sido hasta el momento un motor importante para la activación y expansión de la red, además están comprometidos con una manera más democrática de pensar el mundo, lo cual acentúa el carácter transformador del arte postal que, incluso en el borde de lo artístico, es capaz de proponer y oponer resistencia a la cultura institucional; sin embargo, sabemos todos lo avanzado que está el proceso de asimilación, esterilización pro-institución y comercialización, así como la comprensión o resignación con que ven esta situación los mismos pioneros del arte postal, entonces ¿Cómo puede replantearse el sentido político del arte postal?

CP- El sentido político del Arte Correo no necesita replantearse, existe desde sus comienzos. Optar por la comunicación y no por el mercado ya fue una opción política que decidieron los pioneros del Arte Correo, a fines de los 60´s. Lo que ahora ocurre es una banalización de aquellos principios en aras de un proceso que llevará al Networking a aceptar, sin más, la realidad del mercado de capital en el Arte Correo. Las movilizaciones de "acción urgente" nacen para coordinar mejor los esfuerzos individuales en acciones grupales de mayor eficacia. Así el caso del Director de la Facultad de Artes de la Universidad de Santiago de Chile, Humberto Nilo, quien fue arbitrariamente despedido por motivos políticos, en virtud del cual, un grupo de artistas latinoamericanos y españoles plantean la formación de un grupo de "Acción Urgente Postal" hoy conocido como AUMA (Acción Urgente Mail Art) y organizan una exposición de Arte Correo con el tema "Por la libertad en la Enseñanza de las Artes" que alcanzó un apoyo masivo en el Networking y en virtud de la cual se logró la reincorporación del docente a su cátedra (aunque aún se está luchando por reintegrarle a su cargo). Hoy día, AUMA está organizando una exposición sobre el tema de la anulación de la pena de muerte. Este grupo cuenta con el apoyo y el aval de cerca de 500 artistas y ya se ha manifestado en otros conflictos como la Guerra en los Balcanes y más.

s u r- Varias veces se ha mencionado el contacto que algunos "Luther Blissett" han tenido con el arte postal y la simpatía que el concepto de "la huelga de arte" despierta entre los artistas postales; se ha dicho también que la huelga de arte 2000-01 debe darse primordialmente en las regiones cuya estructura económica se base en leyes de mercado espectacular, característica que, por ejemplo, en Latinoamérica no se ha desarrollado plenamente. Si esto es as,í ¿Qué efecto podría producir una huelga de arte local en la red internacional de arte postal, particularmente en las regiones marginadas?

CP- En relación a este tema, tuve oportunidad, hace algunos años, de participar en el debate organizado por la revista de Arte Postal y Poesía Experimental, "P.O.BOX" de Barcelona, España. Permítanme transcribir algunos fragmentos:

"Un análisis de la "Huelga de Arte" nos lleva de las narices a la disyuntiva arte/trabajo. Por un lado, sabemos, las múltiples áreas de la actividad humana son inseparables, si bien en cada una de ellas predomina la razón de su peculiaridad por encima de las demás que no dejan de estar presentes, aunque en forma determinada. Por lo tanto, si en una obra de arte, los elementos estéticos cejan su primacía en aras de los políticos y/o sociales, deja de ser una obra de arte, es decir, se transforma en ese híbrido llamado "panfleto" en el cual los elementos artísticos subsumidos están al servicio de otras finalidades. Lo mismo ocurre cuando a las movilizaciones sociales se las imbuye de propósitos políticos, etc. El arte, para serlo, debe tener preponderantemente notas estéticas o simbólicas de sustitución de lo real.

"Cuando se habla de "Huelga de Arte" se nos refiere a una posible acción, pasiva o no, realizada por un ser peculiar llamado "artista", es decir, no de un hombre en el sentido social, sino de un ser particular derivado de aquel magma, al cual las circunstancias de la vida le han hecho ser un trabajador asalariado que trata, como todos los trabajadores, de vivir de su trabajo, el arte. No cabe duda que el artista aspira a vivir "de" y no "para" su trabajo, opción a la cual lo empuja el sistema social-económico vigente, enajenando su obra en mercancías, sacando al arte de su función de uso para derivarla de lleno a la función de cambio, es decir, al mercado. El artista es productor de obras (no necesariamente objetos), predominantemente artísticas, en las cuales la esencia de lo humano se realiza como tal, dando cuenta de su especificidad.

"A través del dominio de la naturaleza y en virtud de los grandes adelantos tecnológicos en la producción mercantil, el hombre está capacitado para producir más y más productos fuera de las necesidades medias y prácticas de su existencia (si en gran parte del mundo aquéllos faltan es por la pésima distribución de la riqueza que sólo favorece a los países metropolitanos y hace morir de hambre a millones de seres). Es precisamente esa capacidad de producir excedentes lo que permite la satisfacción de requerimientos menos concretos y urgentes, hasta llegar al nivel de las necesidades más específicamente humanas, el arte, lo simbólico, lo estético. Ni que hablar de que el rol del arte no es banal, sino fundamento y pilar de la progresiva (porque aún no ha terminado) "humanización" del hombre. La obra de arte desde el arranque, al partir de su condición de "producto de comunicación", al exigir la participación de, por lo menos, dos interlocutores, en situación de "diálogo" activo, impone una de las características prominentes de lo "humano", la relación social y, consecuentemente, el respeto por el "otro" al no imponer arbitrariamente su poder a través del "habla", ya sea verbal, musical , gráfica, etc.

"Así, proponer una "Huelga de Arte", no supera sino que ahonda la enajenación brutal del artista en estas formaciones sociales actuales. Por un lado, el artista, siente la necesidad imperiosa, casi biológica, de crear y expresar su esencia (y, a la vez, legitimarse como "hombre") y, por el otro, comprueba dramáticamente la situación a la cual está sometido por el mercado, el cual le obliga a abjurar de su aspiración a expresarse por las exigencias de la moda que mejor se avenga a sus vicisitudes. En otras palabras, el artista se ve obligado a trabajar para el arte y no a vivir de su arte.

"La "Huelga de Arte" es, entonces, un artilugio sobre el arte y el artista porque la verdadera solución no está en manos de los artistas, interrumpiendo o no su trabajo, sino en la transformación y cambios sociales de lo que ha permitido la degradación y desviación del arte de su verdadera función.

"La "Huelga de Arte", sin proponérselo expresamente, nos induce a reconocer, reafirmar y legitimar el poder vigente al hacernos creer que somos, únicamente, asalariados al servicio del mercado del arte (por lo cual estamos en situación de "hacer huelga") y no seres que aspiramos, como todos, a vivir de nuestro trabajo y que no se nos hambree ni fustigue en tanto no nos avengamos a legitimar sus estructuras socio-económicas, es decir, a perpetuar su injusticia e inhumanidad ínsitas.

"Si la naturaleza humana nos impulsa a expresar nuestra esencia en tanto "hombres" a través de esas actividades simbólicas llamadas "artísticas" no es posible derivarlas a un marco en donde nieguen aquella esencia."

s u r- La disminución del costo de computadoras y la creciente urgencia de las transnacionales de conectar a internet lo más pronto posible a regiones pobres como Latinoamérica -reduciendo las cuotas de acceso- ha obligado a los nodos de resistencia a reubicarse, en algunos casos, en la www que día a día crece con suma rapidez por lo que el arte postal no ha dilatado en empezar a ocupar estos espacios. Aunque todavía el correo electrónico no ha podido reemplazar el correo postal, en estos momentos, ¿hay algún indicio de que se haya o esté gestando un nuevo movimiento en las bases o en las fracturas del arte postal?

CP- Una de las razones de la vigencia del Arte Correo ha sido su aptitud de incorporar los nuevos medios a medida que la industria y la tecnología en el campo de las comunicaciones los iba creando. Así, el fax y el correo electrónico reunidos en lo que hoy se conoce como Networking o red de comunicadores a distancia. Sin duda la difusión masiva que alcanzaron las propuestas y los presupuestos del Arte Correo llamó la atención del mercado. También, es sabido, el sistema se encarga de absorber y poner a su servicio todo lo que existe o sea creado (le han puesto precio hasta al aire...). Por otra parte mucha de la novedad del actualísimo arte de la Weg o de la Internet reside en la interactividad, naturalmente existente en las redes de comunicación (que el Arte Correo viene cultivando desde hace más de 30 años!). Lo presumible es que en nuestras regiones subdesarrolladas el fenómeno de la mercantilización del Arte Correo se demore y persistan por algunos años más los clásicos presupuestos del Arte Correo, aunque dada nuestra acuciante realidad, no es improbable que ambas modalidades coexistan. El mismo fenómeno se dará en los países metropolitanos: en las regiones humildes sus características serán muy parecidas a las nuestras.

Mientras en otros lugares el Arte Postal tiende a banalizarse y a comercializarse, en nuestros países no ha podido substraerse al condicionamiento que nuestras peculiaridades y tradiciones le han impuesto y casi naturalmente se ha constituido en un instrumento de lucha y de denuncia sumándose al tenaz esfuerzo de nuestros pueblos por acceder a mejores y más humanas condiciones de vida, en un marco de paz y justicia social.

Los largos años de vigencia han desgastado aquella inicial disruptividad del Arte Correo cuando puso en entredicho al resto de las disciplinas artísticas, obligándolas a recomponer sus estructuras a la luz de su propuesta controversial, Hoy día, ya muy avanzado su proceso de institucionalización, aceptado en las Bienales, objeto de estudios académicos, recluido en libros y antologías, desmenuzado en departamentos universitarios, vedette obligada en toda revista de arte que se precie, está a punto de ser integrado socialmente, es decir, incorporado al mercado, para legitimizar el status social vigente, para consolidarlo y perpetuarlo: la típica operación de absorción y recuperación de un cuerpo extraño en la estructura cultural de una sociedad.

Sin duda el cambio más importante se operará en el nivel de su función social: dejará de ser un instrumento de comunicación para convertirse en una mercancía con un precio controlado por la oferta y la demanda.