PENSAMIENTO VISUAL, COMUNICACIÓN DE MASAS Y EXPERIMENTACIÓN - UNA POESIA GLOBAL
Fernando Millán
[<] Poesía Experimental/Libros de Artista
La poesía visual es , hoy por hoy un nuevo
género literario-artístico, en el que lo que
más llama la atención es su carácter mixto,
mezclado o mesti-zo. Es decir la utilización imprescindible
de las ideas y la plasticidad co-mo un conjunto, como un todo en el
que cada parte adquiere una nueva significación. Este
principio tan simple (como sucede con la relación voz humana/
música para dar lugar a la canción) tiene unas
ilimitadas posibilidades, como se ha demostrado en el transcurso del
último siglo, desde que el poeta simbolista francés,
Stephane Mallarmé publicó en 1898, su poema “Un golpe
de dados”, considerado el primer poema visual moderno. La
utilización auto-referente del pensamiento visual da lugar a
un nuevo género que aúna las virtualidades de la
creatividad con la democratización que la plasticidad
conlleva. En 1970, escribí un artículo en el que
definía a la poesía visual como “una lengua
supranacional”. Los años han confirmado ese juicio, que hoy
puede ampliarse: La poesía visual es un género que
supera las diferencias culturales y sociales, además de las
lingüísticas: Es un verdadero y único arte
global.
Vanguardias
La historia de la poesía visual en el siglo XX
está inseparablemente unida al movimiento de las vanguardias
artísticas de principios de siglo, y a las neo-vanguardias de
los años cincuenta-sesenta. Esa unión es muy visible
en los planteamientos utópicos, en la aparición de
nuevas escalas de valores, en la radicalidad, y en la intensa
relación entre la estética y la experiencia vital.
El desarrollo de la poesía visual , está
estrechamente unido con las teorías y las prácticas de
la experimentación artística y literaria, que se
concretaron a partir de los años cincuenta, como un nuevo
estadio de las vanguardias.
La experimentación como fórmula de creatividad
objetiva, es imprescindible para superar los condicionantes
primarios de la experiencia estética: los hábitos
repetidos que conforman eso que se suele llamar “gusto”, bloquean la
libertad de percibir, analizar y comprender, especialmente en el
campo del pensamiento visual, dominado por la ley de hierro de la
inconicidad, que frente al pensamiento abstracto dominado por la
conceptualización, no tiene en la práctica niveles de
saturación. Sin experimentación, la creatividad se
convierte en educación y clichés, que limitan y
condicionan la experiencia estética.
Comunicación de masas
El tercer gran componente a tener en cuenta para comprender a
la poesía visual, es su relación con el mundo de la
comunicación de masas, y especialmente con la publicidad
gráfica. La confluencia de intereses a la hora de utilizar
eficazmente una sintaxis visual, en la que la palabra y la imagen se
complementan, ha mantenido desde los años veinte una
interrelación entre publicidad y poesía visual de
efecto muy positivo para ambas partes
Todo ello, ha producido una nueva forma de entender las
manifestaciones creativas, dando lugar al nacimiento de la
experiencia estética como un concepto a la vez individual y
social.
La creatividad es innata y propia de todo individuo. Pero
sólo cuando el horno social alcanza una temperatura de
fusión, la creatividad pasa a ser innovación,
renovación y replanteamiento. El pensamiento visual ha sido
en el siglo veinte un combustible de gran energía para la
revolución que ha convertido al siglo XX en el umbral de una
nueva época.
Tópicos
Como sucede con todos los productos del arte moderno, desde la
pintura abstracta al arte de acción, o desde la música
dodecafónica al libro objeto, la poesía visual
está oscurecida y deformada por innumerables tópicos,
prejuicios y malentendidos. Todos ellos tienen que ver con la
óptica desde la que se abordan estas nuevas manifestaciones.
Desde el pensamiento simbólico, se enfrentan todas las nuevas
formas de arte como enigmas que ocultan un mensaje. Nada es lo que
parece: El significado es algo trascendente y oculto por su propia
naturaleza. Los propios artistas, sedientos a veces de recompensas o
al menos de un cierto reconocimiento, ven en esta lectura una forma
de mejorar su posición, y la utilizan.
Sin embargo, esa lectura desnaturaliza y convierte a estas
nuevas formas y a la poesía visual especialmente, en el
producto de una farsa, en una falsificación de lo creativo.
Porque la interpretación tiene que partir, justamente del
rechazo frontal del pensamiento simbólico y de toda lectura
impuesta. No es que el poema visual viva sólo de la
aleatoriedad o de la polisemia más exagerada, sino que sus
significados dependen del interpretante en un grado excepcional.
Un individuo va a coincidir con otro a la hora de la lectura
de un poema visual, en lo que tengan en común en
función de su cultura, de su historia y de sus ilusiones.
Pero va a dejar de coincidir o incluso va a hacer una
interpretación diamentralmente opuesta, en función de
sus disidencias y de sus distancias. Y en tanto que la experiencia
estética tiene componentes a-lógicos, casi siempre
inexpresables, ni siquiera se van a poder “comunicar”sus
diferencias. Pero la experiencia estética, personal,
intransferible, sólo necesita ser auténtica para
cumplir su función liberadora, o por decirlo con más
precisión, humanizadora. No es necesario comunicarla: Con
vivirla es suficiente y efectiva en todas sus dimensiones
individuales y colectivas.
Es muy llamativo que el mismo tipo de gente que sólo
cree en un arte nacido del pensamiento simbólico, reconozcan
que, por ejemplo, las pinturas de Joan Miró las
podrían hacer sus niños. Es decir, son capaces de ver
lo que tienen delante de sus ojos, y tomar conciencia de ello. Otra
cuestión bien diferente es la baja estima en que tienen a sus
hijos, y su necesidad de vivir en una sociedad coercitiva, regida
por valores trascendentes (es decir superiores a lo humano), y
controlada por principios de autoridad, clase, dinero, etc...La
alienación tiene, como principal componente su
característica de que no puede ser conocida por el que la
sufre, sin una ayuda externa.
Empatía y conocimiento
Hay, fundamentalmente, dos formas de enfrentarse a la
poesía visual: desde la empatía, o desde el
conocimiento. Es decir, desde una experiencia estética
primaria, intuitiva, o desde el estudio, el análisis y una
lectura compleja. El más accesible, es sin duda la segunda,
ya que la primera presupone un abordaje sin pre-juicios. Y esto en
nuestra actual sociedad mediática, es prácticamente
imposible. Sólo un largo entrenamiento en técnicas
contemplativas, con el desarrollo de nuestra capacidad para percibir
sin exclusiones y para profundizar en los significados del
pensamiento visual, permitiría un abordaje desde la
empatía.
Desde el conocimiento, la experiencia estética se
beneficia de las aportaciones más diversas que, pueden
aumentar la disponibilidad y la comprensión. El disfrute de
la experiencia estética es algo innato, pero como todo lo
humano, está sujeto a aprendizaje y crecimiento. La misma
comprensión de la existencia del fenómeno
estético, es ya una fuente de expansión de la propia
experiencia. Como demuestran los testimonios de los místicos
(religiosos o laicos), la profundidad de la percepción
sensorial y extra-sensorial aún está por medir, pero
las dos son humanas y se complementan. Se puede pensar con todo el
cuerpo. Y cuando se consigue, el pensamiento y la experiencia se
integran en una síntesis de fuerza excepcional.
Intermedia
La poesía visual está más cercana a los
productos arquetípicos de la sociedad de masas (el
cómic, el cine, la publicidad, la televisión...) que
de la literatura tradicional (aunque mantenga profundas relaciones
con ella). Comparte con todos ellos la fórmula intermedia, la
ausencia de valores trascendentes, el consumo como componente
estético, las leyes de creación y difusión,
etc... Es decir, funciona como los elementos básicos y
constitutivos de la estetización en la Sociedad del
Espectáculo, aunque al fundarse en la auto-referencia, la
poesía visual puede actuar en sentido contrario al que
caracteriza este nuevo aparato de poder. La alienación que es
propia del consumo de una estetización a-crítica,
puede cambiarse de sentido mediante el pensamiento visual (la
poesía visual es una de sus manifestaciones) que profundiza
la crítica, el des-montaje y la reconversión de la
experiencia individual.
Por ello, puede disfrutarse desde coordenadas paralelas, sin
pretensiones de profundidad o transcendencia, pero también
sin miedo ni prejuicios. Cada día, miles de individuos,
repartidos por cientos de países de todo el mundo, se
relacionan mediante el mail art, en una demostración palmaria
de ese disfrute. Desde ahí, pronto se descubre que la
poesía visual es la poesía de nuestro tiempo, hecha
por y para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. La poesía
visual es el género creativo de una nueva época.
Mantiene todas las características del primitivo y
básico arte verbal, y lo expande a través de su
integración en el pensamiento visual. Por encima de las
lenguas, de las fronteras, de las culturas, de las religiones (es
decir, de todo lo que desune y separa) la poesía visual es el
verdadero y único arte global.